Actualizado 05/03/2004 – 02:33:57

De izquierda a derecha, Jaime Concheiro, uno de los ganadores; Ángel López, presidente de la Fundación El Monte; Álvaro Ybarra, director de ABC de Sevilla y Joaquín Herrera del Rey, que tambien ha sido galardonado. J.M.SERRANO

SEVILLA.La Casa de ABC de Sevilla fue escenario anoche, como ya es tradicional, de la entrega del III Premio Santiago Gutiérrez Anaya sobre Propiedad Horizontal y Arrendamientos Urbanos que organiza el Instituto de Estudios El Monte y el diario ABC.Numerosos empresarios y representantes del sector de la Construcción, así como familiares y amigos de los dos galardonados, acudieron a esta cita para acompañar a los premiados y agradecerles la contribución que sus obras aportan almundo de la edificación, un ámbito inmerso hoy día en importantes novedades legislativas que son analizadas y discutidas por los participantes en este certamen, el cual nació con ese objetivo primordial.

Efectivamente, además de un homenaje al tristemente desparecido Santiago Gutiérrez Anaya, gran experto en Derecho Inmobiliario, la convocatoria de este premio, el primero de su naturaleza en España,tiene como fin promover la investigación y reflexión en torno a dos normativas que afectan a no pocos ciudadanos: la ley de Propiedad Horizontal y la de Arrendamientos Urbanos.

Así, el jurado valora las obras más rigurosas, actuales y originales a la hora de conceder un premio que tiene una dotación económica de 6.000 euros. Este año se lo han repartido a partes iguales el registrador de la propiedad Jaime Concheiro del Río, natural de Madrid, pero residente en La Coruña y el abogado experto en contaminación acústica y colaborador de ABC Inmobiliario de Sevilla, Joaquín José Herrera del Rey. El primero de ellos presentó la obra «Propiedades Horizontales Atípicas», en la que analizael derecho de superficie, los estacionamientos subterráneos, los puertos deportivos y los complejos inmobiliarios, entre otros. Por su parte Herrera del Rey aportó el trabajo «Ruido y Propiedad Horizontal». En él trata ese agente contaminante como un importante problema para la salud que la Administración es incapaz de controlar